No es obligatorio que
ese padre biológico ejerza su función paterna con relación a nuestro hijo si su
decisión ha sido otra. El niño no lo necesitará si somos capaces de suplir su
ausencia sin lamentaciones. Sin embargo, él tiene derecho a saber de dónde proviene,
cuál es su historia y qué elecciones podrá hacer en el futuro, es decir,
necesita saber la verdad, lo menos teñida posible con nuestros rencores.
Las madres
solteras son “únicas”
responsables de cómo manejan las emociones de sus hijos. Sin embargo, esto no
significa que deban actuar como mamá y papá al mismo tiempo, esto es, creer que
suplirán el papel del progenitor es un error. Por ello, conviene que el
menor tenga contacto con personas de ambos géneros, es decir, es recomendable
asegurarse de que el niño comparta momentos con un familiar o amigo del sexo
opuesto que sirva como modelo o influencia positiva
Educar a los hijos
sintiéndonos culpables, nos impide valorar la vida en su verdadera dimensión,
pues ese sentimiento ensombrece la alegría de observar su desarrollo y
triunfos, e incluso reconocer sus fracasos. Buscar continuamente respuesta a
situaciones pasadas, puede convertirse en el principal obstáculo para disfrutar
la maternidad pero sobre todo, para asumir la responsabilidad de guiar el
camino de nuestros hijos. Pensemos qué podemos hacer a fin de cumplir nuestros
sueños y brindar un mejor futuro a quienes llegaron a enriquece nuestra vida.
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